Este espacio perteneció a una fabrica de textiles, ese es el fin con el que fue construido, lejos de imaginar que más allá de ese propósito práctico pudiera tiempo después convertirse en un lugar para la cultura y el pensamiento.
A su cierre muchos de los materiales de aquella fábrica fueron almacenados, guardados sentimentalmente pues estaban cargados de sentido histórico y sin duda también estético, aunque sólo sea por la calidad con que los mismos fueron elaborados. A nadie extrañará que tarde o temprano una pequeña representación de ellos, los mejor conservados, lleguen a ser parte de un museo etnográfico, una muestra de qué es lo que pasó en este lugar y cómo hombres y mujeres trabajaron en él.
No obstante, muchos hoy seguirán sintiendo cierta extrañeza ante un fenómeno como el que se nos presenta: Maite Camacho e Izaskun Álvarez han hecho uso de esos elementos de la fábrica, han añadido otros tantos que posteriores ocupantes dejaron olvidados cuando le dieron uso como almacén, y ellas los han rescatado y convertido en parte de algo mucho mayor, lleno de sentidos cruzados, que si frente a ese hipotético museo dedicado a la memoria de la fábrica resulta una tarea extraña, es sin duda porque en esto es poesía (S.V.)
A su cierre muchos de los materiales de aquella fábrica fueron almacenados, guardados sentimentalmente pues estaban cargados de sentido histórico y sin duda también estético, aunque sólo sea por la calidad con que los mismos fueron elaborados. A nadie extrañará que tarde o temprano una pequeña representación de ellos, los mejor conservados, lleguen a ser parte de un museo etnográfico, una muestra de qué es lo que pasó en este lugar y cómo hombres y mujeres trabajaron en él.
No obstante, muchos hoy seguirán sintiendo cierta extrañeza ante un fenómeno como el que se nos presenta: Maite Camacho e Izaskun Álvarez han hecho uso de esos elementos de la fábrica, han añadido otros tantos que posteriores ocupantes dejaron olvidados cuando le dieron uso como almacén, y ellas los han rescatado y convertido en parte de algo mucho mayor, lleno de sentidos cruzados, que si frente a ese hipotético museo dedicado a la memoria de la fábrica resulta una tarea extraña, es sin duda porque en esto es poesía (S.V.)
Roca Umbert Fàbrica de les Arts
En esta ocasión Izaskun Álvarez Gainza y Maite Camacho, iniciadoras de la propuesta Makiko Lab, son las encargadas de desarrollar una intervención conjunta en Fàbrica de les Arts de Granollers.
Para esta intervención ambas artistas parten de un interés común por trabajar en un espacio de pasado industrial, ahora en proceso de rehabilitación y adaptación a nuevas necesidades, que ofrece un entorno diferente y muy rico para la experimentación.
El trabajo individual de Izaskun Álvarez Gainza y Maite Camacho está muy vinculado a la creación contemporánea, poniendo especial atención dentro de su obra hacia el espacio, el objeto, las luces, sombras y sonidos, como materias primas que constituyen también la base de la intervención desarrollada en Fàbrica de les Arts
En esta ocasión Izaskun Álvarez Gainza y Maite Camacho, iniciadoras de la propuesta Makiko Lab, son las encargadas de desarrollar una intervención conjunta en Fàbrica de les Arts de Granollers.
Para esta intervención ambas artistas parten de un interés común por trabajar en un espacio de pasado industrial, ahora en proceso de rehabilitación y adaptación a nuevas necesidades, que ofrece un entorno diferente y muy rico para la experimentación.
El trabajo individual de Izaskun Álvarez Gainza y Maite Camacho está muy vinculado a la creación contemporánea, poniendo especial atención dentro de su obra hacia el espacio, el objeto, las luces, sombras y sonidos, como materias primas que constituyen también la base de la intervención desarrollada en Fàbrica de les Arts
PROCESO